domingo, 23 de septiembre de 2012

Cuando la inteligencia elevada se convierte en problema


Pero, ¿que no se supone que ser tan inteligente es una ventaja y no lo contrario? Un padre sospecha que tiene un hijo “superdotado” y automáticamente cree que por el hecho de serlo, su hijo no necesita ayuda, ya que su gran inteligencia lo sacará adelante en la vida, pero nada mas lejos de la realidad, ya que el simple hecho de que tenemos a un niño que piensa y ejecuta de forma tan distinta, en un salón de clases con niños normales, ya lo convierte en un gran problema.

Imaginen el caso contrario. ¿Qué pasaría si se pusiera a un niño con dificultad de aprendizaje en un salón de clases normal y se le obligara a ir al mismo ritmo que a sus compañeros?..¿No se sentiría frustrado? ¿No cargaría todos los días con algo impuesto a la fuerza, sintiéndose diferente e incapaz de tolerar aquello? Eso es exactamente  lo que le pasa a un niño que normalmente está  a mucha distancia del de sus compañeros, e incluso, del mismo profesor. Precisamente eso siente un niño de altas capacidades en un salón normal, donde se le obliga a pasar no horas, sino semanas viendo las tablas, o las letras, o el ciclo del agua. Estos niños tienen la capacidad de adquirir un conocimiento totalmente nuevo, procesarlo y aplicarlo en solo minutos, mientras que a otros les tomará semanas comprender el problema, memorizar los pasos que tiene que dar para llegar al resultado deseado y después razonarlo de tal forma que pueda aplicarlo. Aparte de eso, se limita al niño a resolver problemas de la forma en que se le ha enseñado, aún si este puede resolverlo sin usar ninguno. Con procedimiento o no el niño termina en poco tiempo. La pregunta entonces es ¿qué hace con ese tiempo de sobra, mientras espera a que sus compañeros?.. Dos cosas: aburrirse desesperarse!

No es raro que poco a poco le vaya perdiendo el amor a algo que le gustaba de una forma tan natural. Sin saberlo ni quererlo, el ritmo de las clases, las explicaciones repetitivas del maestro, van matando poco a poco todo lo que le encantaba hacer.

Estudios indican que para quinto de primaria, el niño con alta capacidad, al cual no se le ha atendido de ninguna manera, muestra una actitud indiferente y pasiva ante el aprendizaje escolar. Lo que lo lleva a bajar mucho su rendimiento ¡teniendo hasta un 60% de posibilidades de llegar al fracaso escolar en la secundaria!¡ Eso debería de ponernos a todos en alerta!

No sé a ustedes pero a mi me parece un desperdicio y un derroche de talento muy grande! Otra cosa fuera si en todas las escuelas se tuviera un plan especial para éstos niños, como se hace con los niños de lento aprendizaje.



  

2 comentarios:

  1. Hola Diana, soy Mercè y tengo una hija de siete años que es muy inteligente, su tutora dice que es un crak. Saca buenas notas, pero el problema es que no presta mucha atención en la clase y a veces interrumpe a la profesora o no para de hablar y hacer tonterías. También es muy desobediente, en casa y en la escuela. No participa mucho en la clase y yo creo que se aburre.¿Qué podeos hacer?

    ResponderEliminar
  2. Hola Mercé! Ese comportamiento es clásico cuando hay altas capacidades sobre todo para evadir el aburrimiento o desesperación. Posiblemente ella entienda de lo que se trata la clase antes de que la profesora comience a hablar y ella busca distraerse. Te recomiendo que busques hacerle una evaluación. Me parece que eres de España, allá tienen centros de detección de AC y muchas veces las escuelas también proporcionan esta evaluación si se solicita, en este caso eres tu quien tiene que pedirla. Ya con el resultado, la escuela y más específicamente el profesor debe hacer una adaptación curricular para tu hija.

    Por otro lado la desobediencia es otro aspecto clásico en estos niños ya que ellos siempre creen tener la razón. En ese sentido mi único consejo es que seas firme con ella, que ella sepa que hay reglas bien claras y que si no se obedecen hay consecuencias que van a ocurrir. Estos niños son muy listos y nos venden sus ideas fácilmente y a veces no nos damos cuenta que estamos siendo consecuentes de su desobediencia cuando no cumplimos el castigo o lo que se había acordado. Hay que establecer normas en casa, y también obligaciones para nuestros hijos y hacerles ver que hay privilegios cuando esas obligaciones se cumplan, pero no hemos de llenarlos solo de privilegios por que sería dañarlos.

    Con mi hija de 9 años ha sido una lucha constante el mantenerme firme y el llevarla a cumplir con sus deberes, pero al final ella misma sabe que es parte de su formación.

    Espero haber sido de ayuda. Suerte!

    ResponderEliminar